Una vez los vehículos llegan a planta, se vacían los envases y comienza el proceso de tratamiento: el primer paso es extraer el agua y los restos sólidos. Para hacerlo, se descarga dentro de un depósito donde se somete a un proceso de calentamiento a alta temperatura y, tras un tiempo en reposo, se produce la separación por decantación. A continuación, la parte sólida y el agua se envían a la planta de tratamiento de aguas residuales.
Después el aceite aún debe someterse a un proceso de centrifugación a alta velocidad con el fin de obtener un de calidad.
Disponemos de un laboratorio con personal cualificado y aparatos de alta tecnología donde se verifica la calidad de los aceites, para destinarlos a las plantas de biodiesel.